La situación de la Prensa del Movimiento en 1970 era muy preocupante. La mitad de sus cabeceras, entre las que se encontraba La Voz de Castilla (1945-1976), registraban cuantiosas pérdidas y escasa difusión. Entre las medidas que la Delegación Nacional de Prensa tomó para encarrilar este periódico burgalés destacó un estudio de mercado, cuyas conclusiones pretendían aplicarse a otros rotativos de la cadena en igual situación. Este trabajo saca a la luz y examina este inédito estudio y profundiza en las causas que contribuyeron al fracaso de la publicación movimentista en un contexto marcado por el desarrollo económico y la apertura informativa que propició la Ley de Prensa e Imprenta de 1966. El estudio de mercado, algunos de cuyos resultados bien podrían extrapolarse a otros diarios deficitarios de esta red, fue papel mojado. Se ocultó a los responsables del rotativo burgalés y nunca se aplicó. Los lectores dieron la espalda a La Voz de Castilla por su marcada ideología y porque al estar controlado estrechamente desde Madrid consideraron que no defendía los intereses de Burgos