Todavía, en los albores del siglo XXI, la figura del jornalero es una
realidad en Andalucía. Fuera de tópicos, unas trescientas mil personas
buscan cada día el jornal agrario, que les permita seguir viviendo.
Muchas de ellas recorren los campos y las geografías de las faenas
agrícolas tratando de ampliar la estrechez del mercado de trabajo
andaluz.
El litoral onubense, gracias a su nueva agricultura, acoge a unos
cuarenta mil jornaleros y cerca de sesenta mil personas, que se trasladan
con sus enseres a este corto espacio de agricultura intensiva, con no más
de 10.000 Has. Entre Marzo y Mayo, por ejemplo, hay más personas de
Bornos y Puerto Serrano en el litoral onubense que en las sierras
gaditanas. Muchos otros llegan de La Lantejuela, Montellano, La Campana,
Ecija, Valdepeñas etc., huyendo de tierras sin trabajo.
Este trasiego de gentes tiene como objetivo primordial abastecer de
mano de obra la recolección del fresón onubense. Pero además genera
fuertes transformaciones en espacios, hasta hace 15 años vírgenes, que
se convierten en frente agrícola pionero, con un habitat disperso y
grandes desforestaciones.
Viviendo y conociendo esta realidad, el Grupo de Investigación
«Instituto de Desarrollo Local», se propuso realizar un estudio de los
jornaleros andaluces de Hoy. Aprovechando infraestructuras universitarias
e intereses comunes -la sociedad y el territorio-, decidió abordar el
fenómeno del jornalerismo en Andalucía, tratando de explicar su vinculación
a las actividades de la tierra y las estructuras territoriales que
permiten o dificultan la pervivencia, todavía en 1993, de circuitos
jornaleros