En este artículo se estudia con cierto detenimiento y con abundantes textos la relación entre filosofía, fe y cultura cristiana, que ha resultado a veces problemática, quizá porque se tenía una concepción racionalista de la filosofía -casi asimilable a las matemáticas- o porque se creía erróneamente que un cristiano no podía ser un verdadero filósofo. La exposición está organizada a grandes rasgos en sentido histórico con una primera sección dedicada al impacto del cristianismo en la filosofía antigua; en segundo lugar, la grave situación en la modernidad y la reacción de la Iglesia Católica en el siglo XIX; para finalmente sugerir en la tercera sección algunas claves para la renovación de la filosofía cristiana en el siglo XXI