Se percibe en el mundo académico de la teología y de la praxis pastoral, un giro general y englobante hacia el sujeto, la experiencia, la donación del amor, la misericordia, el mundo vivido de los hombres y la vivencia de la fe en la vida cotidiana de un mundo secularizado. Es un anhelo de salir de la simple conceptualización y de las discusiones sin fin sobre la fe, para dar paso a una vivencia y a una experiencia de lo creído y a un testimonio que lo haga creíble. La revolución que ha propiciado el papa Francisco se fundamenta en una radicalidad del seguimiento de Jesús en la vida diaria, en las cosas sencillas, sin muchos malabares teológicos, y sí con una insistencia grande en el amor misericordioso de Dios. Este artículo quiere presentar algunas reflexiones que ayuden a fundamentar la donación experiencial del amor misericordioso, preguntándose por la experiencia, el lenguaje usado para expresarla y la libertad como respuesta del sujeto llamado en el momento del evento