Los paisajes que se generan por actividades humanas pueden ser diversos y complejos, o
extremadamente simplificados. Las aves responden rápidamente a cambios en la estructura,
tamaño y conformación de los parches de hábitats donde están presentes, por lo que, pueden
funcionar como importantes bioindicadores. En este capítulo se muestran los resultados de
12 años de estudiar las respuestas de las aves a actividades humanas en diferentes regiones de
México. Se utilizó una aproximación de gradientes de perturbación para explorar como las
aves responden a la antropización de sus hábitats, donde se midió tanto su riqueza de especies
y sus abundancias, como aspectos demográficos, conductuales y fisiológicos de diferentes
especies. Se encontró que los patrones de riqueza de especies, abundancias, y estructura de
comunidades se repiten en los paisajes estudiados en diferentes zonas del país, sin importar el
clima y/o el tipo de vegetación original que dominaba en la zona. A nivel fisiológico, las respuestas de diferentes especies son muy variables, permitiendo entender de forma mecanística
sus capacidades para sobrevivir en sitios perturbados. Debido a que existe una gran diversidad de respuestas a la perturbación humana por las aves, no es sencillo utilizar a especies particulares como bioindicadores. Sin embargo, se encontró que la estructura de comunidades y
el comportamiento de estos animales nos ofrecen información crucial para evaluar la calidad
de los hábitats modificados por actividades humanas. Finalmente, el manejo adecuado de
hábitats modificados por actividades humanas permite recuperar comunidades de aves complejas y diversas, similares a las que existían antes de la perturbación humana.
Palabras clave: Comunidades de aves, ecofisiología animal, ecología urbana, restauración
ecológica, conservación de la avifaun