En 1947 Julio De la Fuente hacia una apreciación que dificilmente suscribirían hoy quienes siguen más o menos de cerca la evolución de los asuntos indios en México. Decía entonces De la Fuente, uno de los antropólogos que más asiduamente estudió las relaciones interétnicas en el país: “El curso de los acontecimientos en México parece señalar que, tanto los indios como los no-indios, están interesados en que aquellos pasen a ser no-indios y que tal paso es relativamente fácil” (De la Fuente, 1947, pp. 63.69). Un tercio de siglo después, el curso de los acontecimientos parece señalar algo muy diferente. Por una parte, varias organizaciones que definen a sí mismas como indígenas y que, en general, surgieron en los años setenta, afirman y defienden el derecho de los pueblos indios a mantener su propia identidad étnica y a establecer sobre esa base un nuevo pacto con la sociedad nacional dominante: por otra parte, ha aumentado en números absolutos la población india en el país, así sea medida solamente con los limitados criterios censales; finalmente, el discurso de las agencias indigenistas, que había sido consecuentemente “integracionista” desde el triunfo de la revolución mexicana, ha dado recientemente un viraje espectacular y admite que no hay una oposición irreductible entre la unidad nacional y la pluralidad étnica, l Esto no significa que la situación de los pueblos indios haya mejorado sustancialmente de 1947 a la fecha, ni en términos absolutos ni en términos relativos; muy por el contrario, en muchas regiones indígenas del país los problemas económicos y políticos se han agudizado visiblemente y han desembocado en crisis violentas, al mismo tiempo que, en otras zonas, se ciernen nuevas amenazas sobre la población indígena como resultado de la nueva dinámica de frentes de expansión (petróleo y ganadería, por ejemplo) que presionan sobre la tierra, la fuerza de trabajo y las formas de organización social e ideológica de comunidades que habían permanecido relativamente al margen de la sociedad dominante, aunque en ningún caso aisladas