We enter these processes of subjectivation in which the jazz musician experiences in himself other forms of corporeality, which are settled between subjection to schemes (Bourdieu) and breakup of the corsets by a theatricality on stage (Artaud). Apparently, in improvisation what is subversive and the reification of the musician as a free author take priority; nevertheless, we empirically observe a plural corporeality that goes beyond the space of the scene and that facilitates that all the actors (musicians, technicians, audience and researchers) take part in the process of creation. We found a solidarity network that continuously displaces the fixed points where music circulates; thus, when a musician is short of breath, his partner takes over. If what is fundamental in the praxis of music is the continuous alternatives it offers, we conclude with an ethical reflection on the transitory nature of music and its kairological temporality, in which the musician, feeling the briefness of the instant of the note that dies when it is born, joins the insignificance of his human condition.Nos adentramos en esos procesos de subjetivación en los que el músico de jazz experimenta en sí otras formas de corporalidad, que se dirimen entre sujeción a esquemas (Bourdieu) y ruptura de los corsés por una teatralidad en escena (Artaud). Aparentemente, en la improvisación prima lo subversivo y la reificación del músico como autor libre; sin embargo, observamos empíricamente una corporalidad plural que trasciende el espacio de la escena y que facilita que todos los actores (músicos, técnicos, público e investigadores) intervengan en el proceso de creación. Hallamos una red de solidaridad que desplaza continuamente los puntos fijos por donde transita la música; así, cuando a un músico le falta el aire, su compañero le da el relevo. Si lo fundamental en la praxis de la música son las continuas alternativas que ofrece, concluimos con una reflexión ética sobre la naturaleza transitoria de la música y su temporalidad kairológica, en la que el músico, sintiendo la brevedad del instante de la nota que muere cuando nace, se reencuentra con lo insignificante de la que está hecha su condición humana