research

Gerardo, amigo tolerante y filósofo humanista que extrañamos

Abstract

La generosidad no es obligación, sino que está constituida por gestos más o menos simples, más o menos pequeños, que van más allá del deber mínimo con el prójimo. Gerardo tuvo conmigo gestos de generosidad que no olvido. Su generosidad y la amistad con que me honró me permiten estar hoy en compañía de ustedes y de él. El respeto por sí mismo no es otra cosa que el respeto invariable de los propios principios, cuando tales principios pueden volverse universales, es decir, cuando son humanistas en el más incluyente sentido. Gerardo era exigente consigo mismo por respeto a sus principios y, a la vez, tolerante con sus amigos y colegas. Pero la tolerancia hacia sus colegas —también por razones humanistas— no implicaba ni ininteligencia ni ingenuidad: junto al respeto por sus principios trabajó y defendió, con diáfana rectitud, su proyecto de universidad. Soy testigo de su tolerancia y de su ecuanimidad, pues nuestras discrepancias académicas —a pesar de, o precisamente por, una común formación temprana impregnada de disciplina y cultura religiosa— no estorbaron nuestro diálogo, y menos nuestra amistad.La generosidad no es obligación, sino que está constituida por gestos más o menos simples, más o menos pequeños, que van más allá del deber mínimo con el prójimo. Gerardo tuvo conmigo gestos de generosidad que no olvido. Su generosidad y la amistad con que me honró me permiten estar hoy en compañía de ustedes y de él. El respeto por sí mismo no es otra cosa que el respeto invariable de los propios principios, cuando tales principios pueden volverse universales, es decir, cuando son humanistas en el más incluyente sentido. Gerardo era exigente consigo mismo por respeto a sus principios y, a la vez, tolerante con sus amigos y colegas. Pero la tolerancia hacia sus colegas —también por razones humanistas— no implicaba ni ininteligencia ni ingenuidad: junto al respeto por sus principios trabajó y defendió, con diáfana rectitud, su proyecto de universidad. Soy testigo de su tolerancia y de su ecuanimidad, pues nuestras discrepancias académicas —a pesar de, o precisamente por, una común formación temprana impregnada de disciplina y cultura religiosa— no estorbaron nuestro diálogo, y menos nuestra amistad

    Similar works