El presente artículo se propone como una reflexión sobre el sexismo lingüístico, una forma de discriminación que tiene por objeto a las mujeres y como instrumento, la lengua. Un lenguaje sexista ignora a la mujer, o la homologa al hombre, o la representa como una excepción; una lengua usada de tal modo que excluye o minimiza a algunos sujetos sociales, representa lingüísticamente la negación de los mismos y contribuye a la permanencia de prejuicios comunes. El análisis se centra en dos aspectos del sexismo lingüístico: algunas asimetrías entre el género gramatical masculino y el femenino que se encuentran en el sistema de la lengua española, y algunas prácticas lingüísticas discriminatorias que es posible identificar en la documentación académica de la Universidad Autónoma del Estado de México, que ocultan o disminuyen la figura profesional y estudiantil de la mujer