Desde el año 1927 y hasta mediados de la década de 1980, los estudios genéticos poblacionales en aborígenes argentinos se circunscribieron principalmente al análisis y distribución de los grupos sanguíneos. Hacia fines de esa década comienzan a emplearse otros marcadores genéticos para la caracterización biológica de esos grupos humanos: enzimas eritrocitarias, proteinas séricas, sistemas HLA, Gm/Km, ADNn y ADNmt. Parte de esa información se empleo en el análisis de la diversidad genética de poblaciones del Chaco (wichi, toba y chorote) y de la Patagonia (mapuche y tehuelche) a diferentes niveles jerárquicos: proteico, nuclear y mitocondrial. La variabilidad genética intrapoblacional varió del 91% al 99%, mientras que el porcentaje de diferenciación genética interpoblacional (Gst') se incrementó desde el nivel proteico al molecular (proteico: Gst'=3.6%; ADNn: Gst'= 6.0% y ADNmt: Gst'= 10% ). Al comparar los datos de los aborígenes argentinos (AA) con otras poblaciones indígenas sudamericanas (IS) se observaron similares valores de Gst' a nivel proteico (AA:Gst'=3.6%, IS: Gst'=3.0%-6.0%) y más bajos a nivel nuclear (AA: Gst'= 6.0%, IS: Gst'= 11%-13%) y mitocondrial (AA: Gst'= 8%, IS: Gst'= 26% -36%). Los valores de Gst' hallados en AA son los más bajos encontrados en IS, lo cual sugiere la existencia de un intenso flujo génico entre los habitantes del norte y del sur del país. Estos resultados parecen corresponderse con la información arqueológica e histórica.Asociación de Antropología Biológica de la República Argentin