El presente artículo propone desplegar herramientas o, al menos, construir focos luminosos que nos brinden la posibilidad de pensar en la existencia del "buen jugador", partiendo de la convicción de que éste no es sólo quien juega bien un juego, sino que se constituye por otras características o modos de ser. Por ello, resulta pertinente poner "en juego" que jugar no es una capacidad natural del hombre y que los infantes no juegan porque así lo dice el "mandato biológico", sino que, tanto los juegos como el jugar, son saberes culturales que son (han de ser) enseñados. Aquí, la estrategia de intervención del docente es una pieza fundamental en la constitución de ese jugador, en tanto que su modo de trasmitir el saber posibilitará una autonomía del juego en el sujeto.The purpose of this article is to display some tools that allow us the possibility to think about the existence of the "good player". Our starting point is the conviction that a good player is not just a person who plays well the game, but that she is constituted by other features or ways of being. For this reason, it seems appropiate to highlight that playing is not a natural capacity of men and that children do not play as a result of a "biological mandate". Quite on the contrary, games and play are cultural knowledges that are taught and have to be taught. In this sense, the teacher's strategies constitute a vital point in the formation of the player, because the way they distribute knowledge will condition the autonomy in the person.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació