La historiadora Sandra McGee Deutsch, docente e investigadora de la Universidad de Texas en El Paso (EE.UU.), ha emprendido viajes por los países del Cono Sur desde la década de 1970. En ese momento, sus investigaciones estaban orientadas al estudio de las derechas surgidas en la primera mitad del siglo XX (McGee Deutsch, 2005). Desde sus primeros trabajos, ella advirtió sobre el papel central de las mujeres en las culturas políticas quienes, además de transmitir ideas y valores en el espacio privado de sus hogares, llevaban adelante acciones políticas, sociales y culturales e, inclusive, tomaban la palabra y se hacían oír en las manifestaciones urbanas, tanto de izquierdas como de derechas. Sus estudios abordan el período de entreguerras, momento en que los discursos políticos se radicalizan y, en algunas coyunturas, se polarizan y definen como fascistas contra antifascistas, al ritmo de la debacle europea.
En el año 2013, McGee Deutsch estuvo varios meses en Argentina realizando un trabajo de campo para su investigación sobre la Junta de la Victoria. La Junta fue una organización antifascista femenina que promovió la democracia y trabajó para enviar ayuda a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Apoyada por el Partido Comunista, movilizó a miles de mujeres de diferentes clases, etnias, religiones, perspectivas políticas, que residían en todo el país. La Junta – cuyo símbolo era la V de la Victoria- difundió el antifascismo a través de distintas actividades abiertas a la comunidad (McGee Deutsch, 2013).
La investigación se encuentra actualmente en la etapa final de escritura. No obstante, nos pareció interesante recuperar este diálogo realizado hace ya varios años (2013) durante la primera etapa del trabajo de campo en nuestro país. De esta manera la idea de publicar la presente entrevista está orientada a visibilizar de qué formas se va construyendo una investigación de este tipo, a contar cómo se van insertando las piezas de un estudio que tiene varias dimensiones (locales, nacionales e internacionales), a reflexionar sobre el valor de lxs informantes y las fuentes personales en una investigación social. En definitiva, el diálogo nos invita a pensar algunas de las formas en que lxs investigadorxs van construyendo “artesanalmente” su objeto de investigación y cómo abordan las distintas dimensiones y problemas teórico-metodológicos.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació