Luchas que hablan de cuerpos, cuerpos que hablan de identidad

Abstract

Cuerpos desnudos insertos en un entramado de sentidos. Se abrazan y parecen danzar, pero no lo hacen. Se miran a los ojos y arrojan zarpazos marcando poderío, previo al primer golpe de puño que da comienzo a la lucha. Torsos que empujan buscando doblegar a su contrincante hacia el piso y ganar prestigio. Pelean, luchan y recobran sentido. Vuelven a sus raíces. Recrean ritos sagrados. Construyen significación desde lo híbrido, representando simbólicamente un escenario que no existe y un ritual que se oculta para responder a los dispositivos de disciplinamiento de una nueva cultura. Resguardando su religión y chamanismo, sin mostrarlo, re-territorializan una práctica que trajeron al exiliarse como modo de asentarse, preservando lo más sagrado: su identidad. La Lucha Senegalesa es hoy en día una de las prácticas que emergen en nuestro país, producto de la migración masiva que no sólo enriquece el abanico de opciones deportivas, sino que brinda nuevos conceptos de cuerpo/comunicación/cultura al campo de la investigación social. Considerada una actividad multitudinaria y profesional en el oeste africano, y con una historia que se remonta a diez siglos atrás, revela imaginarios, investiduras colectivas y semiotizaciones en cuerpos que se dejan atravesar por nuevos patrones de socialización. En la ciudad de La Plata, logra insertarse gracias a una comunidad de senegaleses que llegaron en pos de un trabajo y la suelen practicar en distintos espacios públicos. Nada es azaroso en esta disciplina. Todos y cada uno de los movimientos tienen una lógica inentendible para Occidente que lo ve como mero entretenimiento. Con una historia tan antigua como representativa, ha transitado de las peleas desarrolladas para obtener prestigio para una aldea, a la atracción pintoresca en una plaza pública, de la arena de un campo de enfrentamiento, al pasto de un círculo consensuado como campo de batalla y, de los conjuros místicos de bendición, los cánticos ceremoniales y los rezos devocionales, a los aplausos de un público que ve un choque físico sin saber los sentidos que ello encierra. La industria cultural la cataloga como deporte, pasión, negocio y espectáculo. En el presente escrito, se intentará retratar desde un proceso reflexivo, qué comunican los cuerpos que luchan física y simbólicamente, en un espacio y territorio resignificado, cómo la cultura mundializada los interpela desde los consensos y disensos de culturas y habitus tan distintos, y cuál es la incidencia de esta práctica en la conservación de sus pilares identitarios. Dicho trabajo de investigación se enmarca en la búsqueda de profundizar el deporte como proceso cultural, camino abierto por el cientista social Eduardo Archetti, creador de herramientas teórico-metodológicas esenciales como los conceptos de “zonas libres” y “caleidoscopio”. Desde esa línea, comienza la tarea de ver más allá del entretenimiento, analizando la Lucha como propia de un nuevo mapa sociocultural.Facultad de Periodismo y Comunicación Socia

    Similar works