Las ciudades de Santa Ana y Sonsonate se hallan en la zona occidental de la República de El Salvador, y respectivamente son la capital del Departamento que lleva su mismo nombre. Al igual que en la mayor parte de las ciudades de El Salvador, estos municipios poseen un rico e interesante patrimonio arquitectónico histórico-artístico, que en muchos casos se está perdiendo. Muchas son las razones de la degradación y cambios progresivos que se han sucedido en Santa Ana y Sonsonate, por un lado la falta de recursos monetarios y técnicos para proceder a una correcta restauración, conservación y aprovechamiento de los edificios, la poca o nula concienciación sobre el valor del patrimonio cultural, la falta (hasta hace un par de años) de una ley que protegiese de una forma realmente efectiva el patrimonio cultural, y sobre todo, bajo nuestro punto de vista, una incorrecta concepción de lo que debe ser 'el progreso' dentro de la planificación urbanística de ambas ciudades