Convencionalmente, las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), tras un pretratamiento y un tratamiento primario, finalizan la depuración de aguas con un proceso biológico, ya que suelen ser etapas suficientes para conseguir los límites de vertido legislados. Sin embargo, existen sustancias persistentes que no son eliminadas con estos procesos. Un ejemplo de ello es la cafeína, sustancia comercializada a gran escala y detectada en numerosos cursos naturales, cuyo principal origen está en las aguas residuales urbanas por lo que puede ser usada como indicador de contaminación antropogénica en el medio ambient