Estudiar la participación política conlleva necesariamente a referirse a las
aristas y corazón de la democracia moderna, a las arterias en donde circulan
los derechos de los ciudadanos que son los que dan el flujo indispensable para
darle vida y direccionalidad a la organización del Estado. Sin embargo, son
esos mismos ciudadanos los que en la vida cotidiana han quedado
subordinados a las políticas de direccionalidad que se imponen desde el
Estado a través de la formación de regímenes autoritarios, y, en lo particular,
gobiernos que excluyen el interés ciudadano respecto del quehacer político de
la organización y funcionamiento estatal.
En este ensayo se estudia al Estado como un conjunto organizado de
instituciones, pero también como un proceso que se construye en las
relaciones sociales en continua formación y transformación, determinado
espacial y temporalmente en donde sus estructuras de gobierno y las
instituciones que configuran al régimen político le dan un perfil autoritario
que excluye, limita y controla todo tipo de participación ciudadana.
Las relaciones políticas que caracterizan a los regímenes contemporáneos
se han construido a través de entramados institucionales y pragmáticos que
tienen la finalidad principal de hacer de la política espacios exclusivos de
interacción de grupos y de coaliciones de poder que toman para sí las tareas
legislativas, judiciales y de administración de gobierno, pero, siempre aisladas
del escrutinio e interés social. Así, por ejemplo, en la actualidad los partidos
políticos se constituyen como instituciones profesionales de burocracias
organizacionales, como intermediarios entre sociedad y gobierno, como los
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únicos representantes del ejercicio soberano de los ciudadanos, es decir,
construyen la legalidad necesaria que les garantice permanencia, recursos y
espacio político de acción unilateral en donde forman alianzas, coaliciones y
construyen la legalidad de los triunfos electorales y con ello legitimar la
formación de gobiernos autoritarios y la consolidación de grupos de poder
(Alarcón, 2003)