La escuela es el primer espacio integrador de alumnado con necesidades especiales. Entre estos niños se encuentran aquellos con Trastorno del Espectro Autista y que por tanto presentan una serie de limitaciones y conductas propias de dicho trastorno, lo que dificulta su adaptación e inclusión en las aulas escolares. Para lograr esta integración, este trabajo propone apoyarse en la inteligencia emocional, es decir, conocer los sentimientos propios para poder gestionarlos a la hora de relacionarse con otras personas; y, para ello, desarrolla una propuesta de intervención en el aula y recoge los resultados y conclusiones de su puesta en práctica. Así, se pretende no sólo que esta propuesta pueda ser utilizada en casos similares, sino que la inteligencia emocional sirva también como instrumento para lograr que niños con distintos trastornos, y especialmente con Trastorno del Espectro Autista, superen sus limitaciones y logren, con ayuda de su entorno, integrarse y formar parte de la sociedad que los rodea. <br /