Abstract

Con la celebración de las jornadas por el Día Mundial de la Filosofía se pretende acercar la filosofía a la ciudadanía, pero también hacerla partícipe. El halo de complejidad y los recelos al desarrollo del pensamiento crítico hacen que pase desapercibido que la filosofía es un punto de convergencia entre disciplinas y prácticas de lo más variado y de maneras muy sorprendentes. Este carácter creativo es una herramienta muy útil para socavar las imposiciones veladas del empeño instrumentalista y utilitarista en condenar el estudio de lo humano y lo social. De ello la importancia de hacer filosofía en y con los espacios públicos. El asombroso despliegue que la ciencia y la tecnología han tenido en las últimas décadas promete un bienestar general que no acaba de llegar. El progreso de nuestras sociedades es indisociable de la reflexión crítica y plural, pero también de un hacer que muchas veces se ve paralizado en lo teórico. Este artículo colectivo recoge diferentes modos en que los investigadores e investigadoras jóvenes del IFS-CSIC han llegado a la filosofía, la comprenden y desarrollan. Se exponen, en definitiva, distintas visiones, prácticas y herramientas para la construcción social de dicha reflexión

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