Ante el aumento de casos de acoso escolar y acoso por medios telemáticos en nuestro país, así como consecuencias extremas en algunos casos, se ha visto la necesidad de intervenir a través de la prevención y reajuste de comportamientos. Los centros escolares no solo forman académicamente, sino que acompañan en el proceso de maduración de dichos alumnos, los cuales deben poseer herramientas para gestionar conflictos desde el respeto en un ambiente que proporcione seguridad. Es importante la colaboración e implicación de la escuela, familia y los propios compañeros para desarrollar y mantener un buen clima. A través de la información proporcionada a todos ellos para saber identificar señales de acoso, como responder ante estas situaciones y como corregirlas, implica a todos los integrantes de que estos sucesos no ocurran, con diferente grado de responsabilidad a la hora de intervenir. La exposición a situaciones ficticias ayuda a entrenar en habilidades sociales que van a estar presentes de forma continua en sus vidas, gestionar de forma adecuada los conflictos además de poder expresar diferentes opiniones sin sentir rechazo
