Universidad de Zaragoza, Prensas de la Universidad
Abstract
La adolescencia es un período caracterizado por un aumento de las necesidades de nutrientes debido a un ritmo rápido de crecimiento y desarrollo. A ello se le suma el hecho de que sea un período en el que los adolescentes cambian sus hábitos alimentarios, encaminados a consumir alimentos de mayor densidad energética y menor densidad nutricional, a saltarse comidas, etc. Todo ello, hace que sea un periodo de vulnerabilidad a nivel nutricional, tal y como lo definió la red europea de Excelencia EURopean RECcomendations Aligned (EURRECA) en el año 2005, tras la llamada de la Comisión Europea para establecer una red que consiguiera estandarizar los requerimientos de los micronutrientes en Europa. En ese momento, los micronutrientes se priorizaron en base a la importancia de su implicación para la salud, de la cantidad de estudios recientes, y de la heterogeneidad de las actuales recomendaciones en Europa para los mismos. Entre los micronutrientes seleccionados para establecer unas nuevas recomendaciones en Europa en adolescentes, entre otras poblaciones vulnerables, se incluyeron el ácido fólico o folato y la vitamina B12. Nuestro grupo de Investigación Growth, Exercise, NUtrition and Development (GENUD), como participante de esta red, fue encargado de revisar sistemáticamente la bibliografía existente sobre vitamina B12 para poblaciones jóvenes, y la falta de estudios de calidad suficientes, no nos permitieron el establecimiento de unos nuevos valores recomendados. Por estas razones, se desarrolló esta línea de investigación, pudiendo analizar los datos del estudio Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence (HELENA) realizado con adolescentes europeos. Folato y vitamina B12, participan, junto con la vitamina B6, como coenzimas en el metabolismo de donantes de carbono (metilación), por lo que la deficiencia en una de ellas, puede provocar una alteración metabólica de la otra. La homocisteína (tHcy), es un aminoácido citotóxico no proteinogénico, resultante de esta ruta de la metilación. Su eliminación del organismo, puede llevarse a cabo mediante dos vías: su re-conversión a metionina, que necesita del folato y de la vitamina B12; también puede ser re-convertida en cisteína, usando la vitamina B6, piridoxina o piridoxal-fosfato (PLP) como cofactor. Por la importancia de este ciclo, se consideró también la posibilidad de incluir la vitamina B6, junto con el folato y la vitamina B12, en esta muestra de adolescentes europeos.El modelo DISH, que relaciona los alimentos, la nutrición y la salud, describe la relación entre los determinantes de los comportamientos alimentarios (D-determinants-), la ingesta de alimentos y nutrientes (I-intake-), el estado de los biomarcadores y su funcionalidad (S-status-) y los parámetros de salud relacionados (H-health-). Siguiendo este modelo, se establecieron los objetivos de la presente Tesis Doctoral; por una parte, centrados en estudiar los determinantes de la ingesta y estatus de las vitaminas B6, folato y B12; y por otra, en relacionar las ingestas y el estatus de las mismas, con otros indicadores de salud.Para la investigación, se consideraron los adolescentes participantes en el estudio HELENA, estudio transversal y multicéntrico en el que se reclutaron 3,528 adolescentes (47 % varones) de edades comprendidas entre los 12.5 y los 17.5 años, procedentes de 10 ciudades europeas: Dortmund (Alemania), Viena (Austria), Gante (Bélgica), Lille (Francia), Atenas y Heraklion (Grecia), Pécs (Hungría), Roma (Italia), Estocolmo (Suecia), y Zaragoza (España). En él se evaluó un compendio de parámetros relacionados con la nutrición y los estilos de vida. De entre estos parámetros, se usaron: el Indice de Masa Corporal (IMC), factores sociodemográficos (educación y ocupación de los padres, nacionalidad, composición del hogar y riqueza familiar medida con el family affluence scale-FAS-), actividad física medida con el cuestionario International Physical Activuty Questionnaire (IPAQ), ingesta de energía obtenida mediante dos recuerdos de 24 horas con el software HELENA-DIAT, ingesta y biomarcadores de las vitaminas B6 (PLP), folato (folato en plasma y en células rojas) y vitamina B12 (vitamina B12 en plasma y holotranscobalamina-HoloTC-), incluyendo también a la homocisteína.Entre los determinantes analizados, los marcadores del nivel socioeconómico familar de los adolescentes europeos, han mostrado serlo de la ingesta y los biomarcadores de folato y vitamina B12. No se encontraron asociaciones con la riqueza familiar, mientras que la educación y ocupación de los padres fueron los marcadores más consistentemente asociados con la ingesta y el estatus de las vitaminas analizadas.Las ingestas de vitamina B6, folato y B12 están asociadas con la ingesta de sus principales fuentes alimentarias, mientras que sus correspondientes biomarcadores, lo estuvieron más con la ingesta dietética global. La carne y los productos ricos en almidones determinaron, en mayor medida, la ingesta de vitamina B6, mientras que los cereales de desayuno y las margarinas y mantequillas determinaron su biomarcador PLP en chicas y chicos respectivamente; la ingesta de folato, estuvo determinada por la ingesta de frutas y verduras, mientras que los biomarcadores de folato, lo estuvieron más por los cereales de desayuno y las frutas en chicos y chicas, y también por margarinas y mantequillas en el caso de las chicas. Por último, la ingesta de vitamina B12, estuvo determinada por la ingesta de carne y lácteos, cuando sus biomarcadores lo estuvieron principalmente por los lácteos, para ambos sexos.Una vez analizados los grupos de alimentos de una manera individualizada, se agruparon constituyendo patrones dietéticos que lograban explicar el mayor porcentaje posible de las ingestas y concentraciones de biomarcadores de las vitaminas analizadas. Los patrones obtenidos (uno por cada vitamina y sexo), explicaron entre un 23.7% y un 34.2% de la variabilidad de la ingesta de las vitaminas, mientras para sus biomarcadores, el rango explicado fue más bajo, oscilando entre un 7.0 % y un 17.2 %.Se observaron asociaciones entre los biomarcadores de las vitaminas B6, folato y B12 y las concentraciones de ácidos grasos de cadena larga (AGCL), sobretodo con los de la serie ω3. Por el contrario, el índice pro-inflamatorio ω6/ω3, los niveles de grasas trans y la relación oléico/esteárico estuvieron negativamente asociados con los biomarcadores de estas vitaminas. Por otro lado, de entre las vitaminas B6, folato y B12, la vitamina B12 fue la más consistente y negativamente asociada con el IMC, IMG, y el índice de sensibilidad a la insulina (HOMA) en adolescentes europeos. Las diferencias halladas para la vitamina B12 en suero entre los grupos resultantes al combinar categorías de HOMA y de IMG, parecen no estar explicadas por las ingestas de vitamina B12, ya que no se observaron diferencias en la ingesta de B12 entre los grupos.En conclusión, el gradiente de salud en base al nivel socioeconómico, se confirma para las ingestas y los biomarcadores de folato y vitamina B12 en los adolescentes europeos. Además, las ingestas de las vitaminas B6, folato y B12, se ven determinadas por sus principales fuentes alimentarias, mientras que los biomarcadores de las mismas no lo están tanto, porque otros mecanismos pudieran estar implicados. Observando los grupos de alimentos determinantes de los niveles de biomarcadores de las vitaminas, se podría sugerir, que los adolescentes que ingieren alimentos de baja densidad nutricional, como por ejemplo los snacks, con una variedad de la dieta también baja, podrían ver comprometidos sus concentraciones de vitaminas B6, folato y B12, y ello, a su vez, influenciar otros indicadores para la salud como podrían serlo los ácidos grasos circulantes o la adiposidad y la resistencia a la insulina. Por lo tanto, mejorar la calidad de la dieta de los adolescentes, debe de ser una prioridad desde el punto de vista de las deficiencias vitamínicas para el grupo B, y consecuentemente, para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas futuras.<br /