Desde que en 1978 naciera Louise Browm, el primer bebé probeta del mundo, las Técnicas de Reproducción Asistida (TRA en adelante) han ido evolucionando en aras de mejorar y facilitar los resultados y procedimientos utilizados para conseguir un embarazo. Actualmente la esterilidad por alteraciones genéticas en alguno de los gametos es considerada la causa de más difícil solución dentro de estas técnicas, por lo que la mayor parte de los esfuerzos en investigación en la actualidad van dirigidos a detectar posibles alteraciones genéticas y/o cromosómicas en el óvulo y espermatozoide y a la selección de gametos con una dotación cromosómica correcta. En los últimos años se han desarrollado técnicas de selección genética (MACS y/o PICSI) con la intención de detectar y descartar espermatozoides con un alto grado de fragmentación en su DNA. Además recientes estudios parecen indicar que el uso de estas técnicas también es válido para seleccionar espermatozoides cromosómicamente normales evitando con ello la generación de embriones con aneuploidías por causa espermática. A lo largo de este trabajo se va a intentar demostrar cómo estas técnicas de Selección Genética en el Espermatozoide (SGE en adelante) permiten la selección de espermatozoides sin fragmentación en su DNA y cromosómicamente normales. Todo ello de forma sencilla y no invasiva. De esta forma evitaremos la fecundación del óvulo por espermatozoides que nunca conseguirían dar un embarazo a término, ya que, como mucho, acabarían originando embarazos no evolutivos con desenlace de aborto o generando niños con problemas en el peor de los casos