Producir energía degrada el medio ambiente, mejorar la eficiencia en su utilización constituye el modo menos costoso de preservar el entorno. El sector residencial presenta un potencial significativo de ahorro energético en su conjunto y, en particular, lo presentan las instalaciones de los edificios de distribución de agua a las viviendas. Sin embargo, sin un beneficio neto positivo no es de esperar que puedan llevarse a término las actuaciones necesarias para que los equipamientos mejoren en eficiencia, al margen del ahorro energético potencial que se obtenga. El trabajo analiza, por tanto, el impacto de las reformas de las instalaciones de suministro de agua a las viviendas en el consumo energético, así como su rentabilidad financiera y económica, tanto para una muestra representativa, como para el conjunto de la ciudad consolidada de Zaragoza. Los resultados muestran cómo obtener un beneficio neto positivo, a resultas de las reformas, dependerá de las características de la instalación, así como del edificio