La atomización es el proceso por el cual una masa de líquido se disgrega y pasa a formar ligamentos y gotas de dimensiones menores que la masa inicial. La rotura ocurre cuando las fuerzas cohesivas (interacción molecular y tensión superficial) que tienden a mantener la masa líquida unida, son superadas por fuerzas que tienden a su rotura (centrífugas, aerodinámicas, de presión, etc.). La atomización puede producirse por la propia energía cinética del fluido; aunque puede verse favorecida por la aplicación externa de energía mecánica a través de una rotación, un mecanismo vibrante o un impacto, o también mediante la exposición de la masa líquida a una corriente de gas con velocidad relativamente alta. Este último método constituye la denominada atomización asistida por gas, o de doble fluido, y permite obtener gotas de tamaño reducido con presiones de trabajo moderadas. La atomización de líquidos es un tema de una gran importancia científica y tecnológica. Los procesos de atomización son determinantes en una amplia variedad de aplicaciones industriales: combustión en centrales térmicas, turbinas, motores de automoción, pintura, secado, recubrimiento y tratamiento de materiales, extinción de incendios, riegos por aspersión, etc. Se pretende analizar la influencia de diferentes parámetros de trabajo sobre la razón entre el flujo de aire y agua que se establece en el atomizador, elaborando un procedimiento para determinar las condiciones de bloqueo de la tobera de aire