Hoy día, a pesar de no ser cuestionados los principios de normalización e integración desde los que diseñar las actuaciones con las personas con discapacidad, sigue resultando cuanto menos problemático aplicar estos principios al ámbito afectivo-sexual de las personas con discapacidad, desarrollando interenciones eficaces.
En este sentido, las iniciativas para el desarrollo de programas, aun siendo cada vez más frecuentes, siguen siendo reducidas. En este artículo se recogen una serie de pautas o recomendaciones que consideramos importantes para el desarrollo de actuaciones y programas que pretedan obtener resultados reales en als personas con discapacidad intelectual y su entorno: (a) ser coherentes con la perspectiva actual de discapacidad y asumir un enfoque positivo de la sexualidad (eliminando la visión reduccionista y proteccionista); (b) intervención multifocal, ampliando la actuación a padres y profesionales (evitar sobreprotección, luchar contra las barreras actitudinales, conseguir la colaboración, cooperación y consenso de todos, desarrollar acciones de formación y sensibilización); (c) planificación estructruada y sistemática (establecimiento de objetivos, coherencia an el programación, metodología acorde con los destinatarios); y (d) evaluación de las intervenciones (grado de consecución de los objetivos, nivel de satisfacción de todos los implicados, propuestas de mejora continua