Como académico y como persona que vive en condición de invidencia, me he sentido
comprometido a estudiar expresiones culturales pensadas desde narrativas de personas en
situación de discapacidad. Son narrativas que posibilitan la construcción de renovadores
imaginarios, y ponen en escena las capacidades artísticas y creativas que compensan las
dificultades físicas, sensoriales e intelectuales que una discapacidad significa. Así, busco
reflexionar acerca de los paradigmas construidos en relación a las discapacidades, desde
1982 hasta el 2013. El primer capítulo sistematiza las políticas estatales entorno a las
discapacidades, a partir de 1982 (año en que se publica la Ley de Protección al
Minusválido) hasta el 2007 (cuando se genera un renovado hito en el paradigma de las
discapacidades); y del 2007 al 2013, época que supone un punto de inflexión con la política
estatal Ecuador Sin Barreras,expresada en la Misión solidaria Manuela Espejo.
En el segundo capítulo, mi investigación adquiere un aliento testimonial
interpretativo. Recojo tres experiencias de producción cultural pensadas desde el contexto
de las personas con discapacidad. Son experiencias que permiten pensar a las personas con
discapacidad como generadoras de cultura, afianzan el sentido de agenciamiento cultural
que posesionan otras narrativas en la producción cultural, trastoca el sentido clásico de la
diversidad entendida únicamente desde el posicionamiento de género o de lo étnico, e
incorpora el tema de la discapacidad como elemento fundante para su reflexión teórica.
Finalmente, el tercer capítulopropone lineamientos para pensar en el diseño de una política
cultural, que incentive las capacidades creativas y artísticas de las personas en situación de
discapacidad. El objetivo es convertir a la diversificación cultural en el pedestal primordial
para alcanzar un equilibrado desarrollo social