Cada vez más los menores de edad se involucran en delitos y contravenciones, el
comportamiento problemático de los adolescentes es motivo de preocupación para
las instituciones dedicadas a la educación, a la salud mental, a la impartición de
justicia, y se ha convertido además en un problema de índole social ya que incide
en el irrespeto de las instituciones, las reglas para la convivencia pacífica y la
seguridad de todos los ciudadanos..