José María Ponsoda Bravo y la imagen escultórica religiosa de su tiempo en Valencia

Abstract

La presente tesis se centra en el estudio de la vida y la obra del escultor José María Ponsoda Bravo (Barcelona, 1882-Valencia, 1963), en el contexto de la imaginería valenciana de su tiempo. Valorado y apreciado en su tiempo como uno de los mejores imagineros valencianos, a raíz de su muerte, la figura de José María Ponsoda cayó en el olvido, percibiéndose un proceso de recuperación de su nombre desde los años noventa coincidiendo con el interés por la escultura en madera policromada. Juntamente con Barcelona, Valencia detentó un papel hegemónico como centro productor de imaginería con respecto a otros centros peninsulares, desde el segundo tercio del siglo XIX, como el número de obradores y trabajos realizados atestigua. De entre estos obradores destacó el de José María Ponsoda. Partiendo de unos orígenes humildes el escultor consiguió hacerse un nombre, colocándose entre los mejores imagineros valencianos de su tiempo, merced a sus denodados esfuerzos y a sus dotes artísticas. Como muchos escultores José María Ponsoda nació en el seno de una familia de extracción modesta, oriunda de Cocentaina, establecida pocos años antes en Barcelona. Decidida su vocación, la formación del joven José María comprendió como la de tantísimos escultores, los estudios académicos, cursados en la Escuela de Llotja de Barcelona entre 1895 y 1898, y el aprendizaje práctico de la técnica de la escultura, en el obrador del escultor Francisco Torrás. Establecido en Valencia en torno a 1901, prosiguió su formación ingresando en el acreditado obrador de imaginería de Damián Pastor, que debió abandonar hacia 1904. Entre 1911 y 1913 fue profesor del Instituto General y Técnico y en fecha indeterminada de la Escuela de Artes y Oficios de Valencia. El final de la Guerra Civil se saldó con el encargo de la restauración de la imagen de la Virgen de los Desamparados de Valencia y de otras muchas, así como con la realización ex novo de numerosas imágenes patronales destruidas durante el conflicto. Sus últimos años transcurrieron entre el trabajo en el obrador, decantado en esta época por los encargos procedentes de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. La vida de José María Ponsoda transcurrió abocada a la imaginería, y a la docencia, con cuyas actividades logro sobreponerse de los reveses familiares. En ella destacaron algunos hitos significativos como la concesión de la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, en 1932, o el homenaje de los imagineros valencianos en 1947 por su trayectoria al frente de un acreditado obrador. Su carácter mediano, determinó una mayor intervención del maestro sobre las obras, y un magisterio más directo sobre sus discípulos que en aquellos formados por un gran número de operarios. El dominio de todos procedimientos escultóricos y la competencia entre los obradores permitió a José María Ponsoda abarcar un vasto número de géneros escultóricos y tipologías formales. En correspondencia con la religiosidad de su tiempo, los temas más demandados fueron el Sagrado Corazón de Jesús, el Crucifijo, la Purísima Concepción y San José. Sus clientes de fueron sobre todo el clero y las capas medias acomodadas. El precio de las obras dependió de su tamaño, pero también de la calidad escultórica de las mismas. La formación académica del escultor, y su paso por varios obradores de imaginería en Barcelona y Valencia le permitieron asimilar numerosas influencias en su obra. En consecuencia su estilo gravitó entre el nazarenismo catalán de su formación inicial y el neobarroco valenciano. Por todas las razones señaladas la trascendencia de su personalidad resulta paralela a la de otros imagineros españoles de su época, como Antonio Castillo Lastrucci o José Navas Parejo.This thesis focuses on the study of the life and work of the sculptor José María Ponsoda Bravo (Barcelona, 1882-Valencia, 1963), in the context of the Valencian imagery of his time. Valued and appreciated in his time as one of the best Valencian imagers, a root of his death, the figure of Jose Maria Ponsoda fell into oblivion, perceiving a process of recovery of his name since the nineties coinciding with interest in sculpture In polychrome wood. Together with Barcelona, Valencia has built a design center as a center of image with respect to other peninsular centers, since the second third of the nineteenth century as the number of workers and works performed. Among these workers was the one by José María Ponsoda. Starting from a humble origins the sculptor managed to get a name by placing himself among the best Valencian imagers of his time, thanks to his bold efforts and artistic gifts. Like many sculptors, José María Ponsoda was born into a modest extraction family from Cocentaina, established a few years earlier in Barcelona. Determined his vocation, the formation of the young Jose Maria understood how the many sculptors, the academic studies, studied in the School of Llotja of Barcelona between 1895 and 1898, and the practical learning of the technique of the sculpture, in the workman of the sculptor Francisco Torras. Established in Valencia around 1901, he continued his training entering Damián Pastor's creator of imaginary work, which he had to leave in 1904. Between 1911 and 1913 he was professor of the General and Technical Institute and at the indeterminate date of the School of Arts and Offices Of Valencia. The end of the Civil War with the commission of the restoration of the image of the Virgin of the Desamparados of Valencia and many others, as well as the realization of new images of the patterns destroyed during the conflict. His last years passed between work in the obrador, decanted in this time by the orders coming from the congregation of the Sisters of the Desamparados Elders. The life of José María Ponsoda is a company dedicated to imagery and teaching. It emphasizes some important milestones such as the Medal Pro Ecclesia and Pontifice, in 1932, or the homage of the Valencian imaginary in 1947 for his career in front of an accredited worker. Its medium character, determined a greater intervention of the master on the works, and a more direct teaching on his disciples than in those formed by a large number of workers. The mastery of all sculptural procedures and the competition between the workers allowed José María Ponsoda to cover a vast number of sculptural genres and formal typologies. In correspondence with the religiosity of his time, the subjects most demanded were the Sacred Heart of Jesus, the Crucifix, the Purísima Concepción and San José. His clients all over the clergy and the middle layers accommodated. The price of the works depended on their size, but also on the sculptural quality of them. The academic formation of the sculptor, and his passage through various imagery workers in Barcelona and Valencia, allowed the assimilating influences in his work. In his event gravitated between the Catalan Nazareneism of his initial formation and the Valencian neobarroco. For all the reasons mentioned, the transcendence of his personality parallels that of other Spanish artists of his time, such as Antonio Castillo Lastrucci or José Navas Parejo

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