A comienzos de la década de 1950 las autoridades educativas españolas pusieron en marcha una política de extensión de las enseñanzas medias, con la finalidad de aumentar significativamente el número de estudiantes de bachillerato. Primero con medidas de alcance más limitado, como los estudios nocturnos y las ¿secciones filiales¿, y después, a partir de 1960, con iniciativas de mayor enjundia, como la ampliación de la red de institutos y la creación de ¿secciones delegadas¿. En ese contexto, el artículo analiza la iniciativa de los ¿colegios libres adoptados¿, creados mediante una intensa colaboración entre algunos ayuntamientos y la administración central. Hubo más de 350 y fueron un instrumento bastante útil para acercar la enseñanza media a zonas rurales y facilitaron el acceso al bachillerato a miles de jóvenes