En España contamos con un rico patrimonio documental que nos ayuda a reconstruir una buena parte de la actividad de los actores y de las compañías teatrales que se fueron profesionali-zando a partir de la década de 1540. La consolidación progresi-va a partir de la década de 1580 de los primeros recintos teatra-les comerciales (los llamados corrales, patios o casas de comedias), supuso un empuje decisivo para la organización de la profesión, y trajo aparejada una paulatina regulación sobre dife-rentes aspectos de esta actividad. Este proceso culminó con el reconocimiento oficial de la existencia de un gremio de actores, aprobado como tal en 1634