Características y adaptaciones de las especies de alta montaña

Abstract

El matorral de cumbre o de alta montaña está representado en Canarias exclusivamente en las islas que se elevan a más de 2.000 m de altitud, es decir La Palma y Tenerife. Sólo en Tenerife, por encima de este matorral de cumbre se extiende el ecosistema del Pico, con una vegetación muy poco aparente, caracterizada en su tramo inferior – hasta los 3.400 m– por algunas gramíneas y por la violeta del Teide (Viola Las Cañadas con el estratovolcán Pico Viejo-Teide sobre el mar de nubes cheiranthifolia). Desde los 3.400 m hasta la cumbre, cerca de las fumarolas se encuentran gramíneas, la borriza de las cumbres (Gnaphalium teydeum) y un tapiz de musgos, líquenes y hongos. Las cumbres palmeras, aunque carecen de este ecosistema, sí poseen su propia violeta. La riqueza biológica del matorral de cumbre es claramente inferior a la del matorral costero y su p de matorral se debe al rigor ambiental al que está sujeta esta zona, que limita de forma importante la capacidad de carga de los ecosistemas allí presentes, fundamentalmente, por el estrés térmico e hídrico, así como por la juventud de su sustrato. La biomasa –peso seco de materia orgánica por unidad de superficie– del matorral de cumbre se sitúa en torno a 1,5 kg/m2, mientras que su producción primaria neta –velocidad de síntesis de la biomasa– ronda los 0,25 kg/m2 año. La importante altitud que alcanzan Tenerife y La Palma hace que este ecosistema carezca de igual en el conjunto de la Macaronesia

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