Contrariamente a lo que mucha gente piensa, emplear genética en la
alimentación y la nutrición no es nuevo. Desde hace 12000 años, en los
albores de la agricultura y la ganadería, el hombre, ha mejorado las razas
de animales de granja y las variedades vegetales comestibles utilizando
técnicas genéticas (García Olmedo, 2009). Comenzó domesticando estos
organismos y acabó mejorándolos mediante el empleo de genética
(Reichholf, 2009). Para ello utilizó varias técnicas. De entre todas ellas las
más utilizadas han sido la hibridación, conocida como cruce sexual, y la
aparición de mutantes espontáneos, también llamada variabilidad natural