Actualmente, en un contexto de cambio continuo por los nuevos conocimientos y tecnologías que se generan a diario, es destacable la labor que puede tener el “aprendizaje experiencial” en las necesidades formativas y del perfil profesional exigido al alumnado. Una de las competencias más demandada es la habilidad de aprender de forma autónoma. La capacidad de aprender a aprender exige la habilidad para aprovechar todos nuestros sentidos (vista, oído, olfato, tacto, gusto) y nuestra interacción con el medio. De este modo, se debe promover el aprendizaje experiencial para mejorarla capacidad de aprender a aprender, basándose en la llamada “Educación al Aire Libre” (EAL) (en inglés, Outdoor Learning). La EAL puede definirse como el aprendizaje por medio del cuerpo y los sentidos, en interacción con otros, con experiencias y reflexiones vividas en lugares concretos, en el lugar concreto de estudio. Es una metodología de aprendizaje que puede aplicarse no solo a todas aquellas disciplinas cuyo objeto de estudio se encuentra y se desarrolla en el espacio geográfico, el medio, el territorio, sino también a diferentes niveles educativos, desde la educación primaria y secundaria hasta la universidad, pasando por la formación continua de alumnos/as seniors. En el marco de la Geografía, esta herramienta es clave y cualquier materia de los grados de geografía puede ser objeto de aplicación de la misma. De hecho, combinada con la tradición de los itinerarios didácticos, tradicionales en geografía, pueden ponerse en práctica una serie de actividades ligadas a la EAL (encuestas, entrevistas, experiencias directas de los alumnos en actividades en primera persona, etc.) mediante las cuales mejorar su aprendizaje y experiencia vital. En este trabajo, se hace una introducción sobre la EAL y los itinerarios didácticos, así como un ejemplo de aplicación dirigado a varias materias y grados universitarios.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech