Preguntarse acerca de la influencia que la tecnología pueda tener en la mentalidad de la
creación implica preguntarse acerca del pasado y del futuro de la creación. No es
posible separar el desarrollo tecnológico del desarrollo de la creación, porque tanto la
tecnología como la creación son actividades que caracterizan marcadamente al ser
humano. En cierta medida, todo hombre crea y usa para ello la tecnología que
encuentra a su alcance, a veces incluso como una caja negra, sin comprenderla
verdaderamente. Recursivamente, uno de los productos distinguidos del proceso de
creación es la tecnología.
En líneas generales, la tecnología actúa sobre el significante. No actúa sobre los significados más que indirectamente. En el caso de la música, no es ella, ni tan sólo el sonido, el objeto directo de su actuación: por medio de las tecnologías que se han venido usando hasta ahora, únicamente se alteran las unidades materiales cuya organización, dado un cierto conjunto de características convergentes en una situación, posee una cierta significación. La música, el sonido, las imágenes, el arte, no existen más que como representaciones en algún cerebro, en algún sistema que los reconoce como tales. Ello no debe ser óbice para pensar que no existan: son tan reales como cualquier otro ente que podamos considerar, pero son fenómenos, no cosas.
En cuanto a esas tecnologías que nos ocupan, quisiera destacar en primer lugar el hecho
de que sus últimas contribuciones están estrechamente ligadas al uso de todo tipo de
máquinas de computación digital, es decir, ordenadores digitales. Es importante tomar
nota de ello porque la introducción de la discretización de las señales comporta
capacidades de almacenamiento, manipulación y transporte jamás alcanzadas con
anterioridad.
Tal panorama tecnológico, sensiblemente más complejo de lo que aquí se esboza, evolucionará rápidamente hasta que la fibra óptica conecte un gran número de
puntos distantes en el globo. Otro de los aspectos que al principio me proponía tratar, la
dispersión geográfica de las actividades basadas en la aplicación de las tecnologías de la
comunicación, está íntimamente relacionada con ello.
Muchos Eventos Artísticos Basados en Telecomunicaciones (EABT) pueden producirse en áreas geográficas muy grandes y se diferencian de otras experiencias artísticas en que su percepción no puede ser global. La dispersión geográfica ocurre cuando un EABT se percibe o se genera de forma claramente parcial debido a las diferencias locales en lo que concierne a las posibilidades tecnológicas y a los canales por los que es transmitido. Piénsese, por ejemplo, en el caso de un EABT donde confluyen diversas contribuciones televisivas y radiofónicas cuya localización geográfica sea diseminada. Como cada emisión afecta a una zona que le es característica, la percepción del paisaje creado por ese EABT varía en función de la situación geográfica desde la que se pretende observar.
La dispersión mediática ocurre en virtud de la confluencia de medios diferentes. Como
todo tipo de imágenes visuales, acústicas, incluso cinestésicas, puede ser transmitido y
reproducido a cualquier distancia para su posterior reelaboración, y como esas
informaciones son esencialmente similares, la creación artística experimenta grandes
facilidades especialmente en el hipermedio , ese lugar donde confluye gran número de
medios de forma que, desde su terminal, cada elaborador de información puede acceder
a informaciones procedentes de otros elaboradores, reelaborarlas, aunque 'a priori' no
sean de su especialidad, y devolverlas nuevamente a su origen o mandarlas a un destino
nuevo: el pensamiento se expresa al modificar la materia que le sirve de soporte y
accede por esa vía al dominio de otros pensamientos.
La creación -comportamiento, manifestación, síntoma, del pensamiento-,
tradicionalmente se ha expresado a través de medios diversos, antiguamente estancos.
La introducción de las nuevas tecnologías ha sido más o menos ardua en cada medio. En general, como las nuevas tecnologías son descendientes directos de la física y de las
matemáticas, su relación con esos medios ha dependido de lo matematizable que cada
uno haya sido a lo largo de su historia, amén de las dimensiones del reto tecnológico que la implementación de herramientas adecuadas supone. Ahora que los niveles de
aplicación de la tecnología a los diversos medios está más equilibrada, la creación
teleinformática tiende a expresarse a través de formas cada vez más híbridas.
El efecto del incremento en la velocidad de intercambio de información en la creación
parece claro: difícilmente los EABT podrán ser considerados como eventos cerrados
sobre sí mismos. Se trata de procesos de comunicación globales en los que la creación
toma parte y se automodifica. En realidad eso siempre ha ocurrido fuera del hipermedio
y de las telecomunicaciones. La obra de un autor es un proceso artístico de
comunicación, igual que las obras pertenecientes a un determinado estilo. La novedad
está en que el ritmo del proceso por el que se produce el intercambio de información no
ha sido nunca tan intenso como en este momento, en el que cabe esperar diferencias
cualitativas. Sea dicho de paso que, como efecto colateral, el ruido informativo es
creciente y se impone una maduración de las técnicas de selección, en el momento inicial de esta reflexión muy primitivas.
Conferencia publicada por primera vez en Media-Culture. Claudia Giannetti, Ed. Ediciones L'Angelot.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech