La fasciolosis es una enfermedad parasitaria de gran impacto económico que afecta en su mayoría a los rumiantes domésicos. Esta enfermedad es causada por dos especies: Fasciola hepatica y Fasciola gigantica (clase Trematoda), y es causa de considerables pérdidas económicas en la industria ganadera, principalmente por los elevados gastos para el tratamiento antihelmíntico y la mortalidad, trayendo consigo la reducción de la producción de carne, leche, y lana. Las pérdidas mundiales en la productividad animal debido a la fasciolosis se estiman en US$ 3,200 millones por año (Thanh, 2012), con un total de 600 millones de animales infestados de las comunidades rurales agrícolas y de los productores comerciales (Ramajo, Oleaga, Casanueva, Hillyer y Muro, 2001). En los animales, el diagnóstico post mortem de fasciolosis se basa en verificar la presencia de trematodos inmaduros o adultos en el parénquima, conductos biliares y vesícula biliar; y el análisis de los huevos se realiza mediante examen coprológico. Los métodos parasitológicos defini-tivamente tienen las ventajas como su simplicidad, rapidez y bajo costo. Sin embargo, su baja sensibilidad es un problema para los estudios epidemiológicos (Thanh, 2012). Además puede dar resultados negativos cuando la enfermedad se encuentra en la fase aguda, donde el parásito migra por el parénquima hepático sin llegar a la madurez sexual (Sánchez-Andrade et al., 2000)