Antecedentes: Estudios experimentales y observacionales sugieren que los estrógenos y los moduladores selectivos de los ERs (SERMs), como el raloxifeno, juegan un papel clave en la protección vascular femenina. Por otro lado, estudios clínicos importantes sobre el tratamiento con estrógenos y raloxifeno en mujeres posmenopáusicas, incluyendo los ensayos recientes WHI y RUTH han demostrado que el uso de estrógenos para la prevención de las ECV no tiene ningún beneficio aparente y en algunos casos incluso puede suponer un riesgo para el sistema cardiovascular. Para entender estos resultados tan contradictorios es importante conocer los mecanismos que afectan a la función de los estrógenos. Entre las diferentes hipótesis se ha barajado el tipo de estrógeno utilizado (estrógenos conjugados equinos), y que los resultados negativos se obtuvieron en una población de mujeres que tuvo la menopausia, de media, diez años antes de empezar con la terapia, por lo que podrían presentar lesiones vasculares significativas debido al envejecimiento y a la presencia de ECV asintómaticas.
Hipótesi y objetivo principal: Investigar los efectos negativos de la edad y del tipo de estrógeno así como la existencia de ECV previa tienen sobre el mecanismo protector de acción de las hormonas.
Metodología: Los efectos del envejecimiento se determinan en tejido vascular de ratones hembra SAMP (modelo murino de envejecimiento). Los mecanismos que pueden alterar las respuestas moduladas por estrógenos se valorarán mediante la expresión del receptor de estrógenos (ER), de eNOS, la producción de NO, estrés oxidativo su actividad y su estado de la metilación del DNA genómico. Los efectos de los diferentes tipos de estrógenos, se valorarán mediante expresión de ER, producción de NO, expresión y actividad de eNOS, expresión de ER y estudio computacional de las moléculas.
Resultados: El primer estudio demuestra que los estrógenos presentes en la mezcla de estrógenos conjugados equinos (CEE) son menos eficaces que los estrógenos naturales de la mujer (17b-estradiol y estrona) en modular la producción del óxido nítrico (NO) de las células endoteliales. El segundo trabajo describe como el envejecimiento afecta negativamente a la protección de los estrógenos en la función cardiovascular, principalmente mediante alteraciones en la producción de NO y en el estrés oxidativo.
Conclusiones:
1. Los estrógenos equinos (CEE) no modulan la producción de NO tan efectivamente como los estrógenos naturales de la mujer, por presentar menor capacidad para activar la transcripción y la actividad de eNOS que los estrógenos naturales de la mujer.
2. La presencia de un grupo hidroxil en el carbono 17 y el grado de saturación del anillo B de la molécula estrogénica aportan más estabilidad al complejo receptor-hormona, además de provocar cambios en la hidrofobicidad y en la acidez del complejo receptor-hormona lo que facilitaría su unión al DNA y/o a los diferentes cofactores necesarios para la transcripción.
3. El envejecimiento contribuye a la pérdida de los efectos beneficiosos de los estrógenos en la pared vascular. Por un lado disminuye el efecto de “up-regulation” de los estrógenos en la producción de NO y en la expresión de eNOS. Por otro lado, modifica el mecanismo de modulación del estrés oxidativo transformando los estrógenos en substancias prooxidantes.
4. El envejecimiento aumenta la ratio ERβ/ERα después del tratamiento con estrógenos. Este aumento está directamente relacionado con un incremento de los efectos prooxidantes en el vaso que podrían justificar la pérdida de los efectos beneficiosos de los estrógenos
5. El envejecimiento aumenta significativamente el porcentaje de metilación global pero no afecta a la metilación específica del gen ERα. Por tanto, no podemos asociar los cambios en la metilación del DNA con la disminución observada en la expresión del gen ERα con el envejecimiento