Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones
Abstract
El objetivo del presente trabajo ha sido evaluar la eficacia, predictibilidad y seguridad del implante de lentes intraoculares fáquicas de cámara posterior en la corrección quirúrgica de la alta miopía, así como estudiar su posible repercusión sobre el endotelio corneal y la barrera hematoacuosa, y analizar las relaciones anatómicas de este tipo de lentes con el resto de estructuras del segmento anterior. Para ello se han intervenido 20 ojos de 10 pacientes con miopía comprendida entre las -9.00 y -20,00 dioptrías. En todos ellos se implantó una lente fáquica de cámara posterior ICL con objeto de corregir dicho error refractivo. Los pacientes fueron evaluados preoperatoriamente y a los meses 1, 3, 6, 12, 18 y 24 tras la cirugía. En todas las revisiones se realizó una exploración oftalmológica completa (agudeza visual, refracción, biomicroscopía, tonometría y oftalmoscopia). Con objeto de evaluar la eficacia y predictibilidad del método se prestó especial atención a las siguientes exploraciones: agudeza visual sin corrección; mejor agudeza visual corregida; refracción final; y análisis queratométrico.
La seguridad del procedimiento fue valorada mediante el análisis de las complicaciones intra y postoperatorias, el estudio del endotelio corneal mediante microscopía especular (valoración de la densidad celular), el estudio de la barrera hematoacuosa mediante láser flare meter (valoración de la inflamación crónica subclínica), y el estudio de la transmitancia cristaliniana mediante fuorofotometría (valoración de la perdida de transparencia cristaliniana). Por último se estudió el segmento anterior mediante biomicroscopía ultrasónica con objeto de analizar las relaciones anatómicas de las lentes con las estructuras intraoculares adyacentes. Las principales conclusiones que se obtienen del presente estudio son que el implante de lentes fáquicas de cámara posterior ICL constituye una técnica de alta eficacia, elevada estabilidad, y moderada predictibilidad. La seguridad del procedimiento es alta, no existiendo en nuestro estudio complicaciones intra o postoperatorias, y ni la dispersión pigmentaria ni la catarata parecen ser amenazas a corto plazo. El implante de ICL es un procedimiento bien tolerado por el endotelio corneal. Sin embargo, la presencia de éste tipo de lentes conduce a una disminución de la transmitancia cristaliniana (y por tanto, de la transparencia del cristalino), medida mediante fluorofotometría, y origina una flare permanentemente elevado tras la cirugía, lo que traduce una ruptura continuada de la barrera hematoacuosa y, por tanto, una inflamación subclínica y crónica del segmento anterior. Mediante biomicroscopía ultrasónica ha sido posible constatar contacto entre la lente ICL y la cara posterior del iris en todos los casos, y entre la lente ICL y el cristalino, tanto a nivel central como periférico, en un alto porcentaje, lo que parece ser responsable de los hallazgos anteriores