Vivimos tiempos en los que el ingeniero de telecomunicación es un bien escaso en relación con la demanda. Por tanto, se está multiplicando el número de Escuelas y se desarrollan otros esfuerzos complementarios.
El sector de las telecomunicaciones está muy vivo, como
lo está el conjunto de los sectores de la tecnología de la información. El déficit en técnicos es hoy por hoy uno de los factores limitativos. De esta forma, la cantidad de ingenieros que puede producir nuestro sistema educativo es prácticamente un parámetro crítico, y su calidad, nos guste o no, es algo objetivamente secundario. Son épocas de vacas
gordas para las Escuela