Dentro de los currículos en las escuelas se encuentra el tratamiento de situaciones problémicas cuya solución involucra una multiplicación y/o una división, sin embargo, no se concibe que dichas situaciones comprendan más que simples operaciones y además que estas se encuentren ligadas con más de un significado. Es a partir de esto que surge la necesidad de involucrar al estudiante con situaciones que le permitan adquirir los diferentes significados de la multiplicación (Vergnaud, 1990). Los problemas que necesitan de la regla de tres para obtener una solución, además de involucrar la multiplicación y la división, permiten el desarrollo del concepto de proporción, lo que permite evidenciar a nivel estructural y conceptual relaciones inmersas dentro de las situaciones que implican la proporcionalidad. Es a partir de dichos niveles que el estudiante logra diferenciar situaciones de tipo proporcional de situaciones multiplicativas de otro tipo