Humanización de la medicina

Abstract

Si te juzgas lo suficientemente pagado con la sonrisa de quien ya no padece. ¡Hazte Médico, hijo mío! (Esculapio, año I)La práctica médica es al mismo tiempo noble y sufrida, gratificante y descorazonadora, con cíclicas alternancias de luces y sombras. Ya lo dijo -entre muchas otras cosas- Esculapio, el Dios de la medicina, hace muchos siglos, cuando le proporcionó una serie de consejos a su hijo:¿Quieres ser médico hijo mío

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