Desde que la literatura existe hemos sospechado acerca del poder que ejerce en nuestras vidas. Los egipcios de la antigüedad, por ejemplo, atribuían a los papiros propiedades mágicas. Tanto es así que se animaba a los lectores achacados de alguna enfermedad a consumir estos documentos (disolviendo el papiro en una solución líquida) para que su potencial terapéutico alcanzase directamente sus organismos. Los tratados medievales contra la peste, por su parte, concedían una enorme importancia a ..