Esta nota describe una experiencia de trabajo de archivo en el que la documentación principal en la investigación es nacida digital. La ya notable presencia de herramientas y técnicas digitales en el escritorio de historiadores e historiadoras y las crecientes series de documentos nacidos binarios introducen interrogantes y problemas en la labor intelectual diaria. Las tensiones entre prácticas de archivo con disposiciones propias de la cultura letrada y el tipo de experiencia que describe esta nota exigen aproximaciones novedosas y enriquecedoras. Se presentan aquí dos enfoques que renuevan las preguntas sobre la noción de archivo