En la coyuntura educativa actual, determinada a nivel europeo por algunos de los objetivos
establecidos en la Estrategia de Lisboa, parece más que justificado exigir en los centros
escolares la implementación de cambios eficaces que reduzcan la tasa de absentismo de la que
adolece nuestro sistema educativo.
Por otra parte, sabemos que los procesos de mejora se han caracterizado por una evolución -en
sus directrices de eficacia- que ha desembocado en interpretar como inexcusables ciertas
presiones y apoyos que van de arriba-abajo (políticos) y de abajo-arriba (acción propia de los
centros) pero que, fundamentalmente para que se produzcan, requieren una recomposición
horizontal que contemple modificaciones en la cultura organizativa de la escuela.
En este sentido, el artículo va más allá de la retórica del cambio y, aunque hace una revisión de
algunos de los aspectos principales que deben modificarse si pretendemos mejorar el clima de
aula -al ser un factor de riesgo en los procesos absentistas- examina fundamentalmente cómo
influyen esos cambios en la práctica docente. De este modo, se describe el proceso que varios
profesores han llevado a cabo enrolándose en una experiencia de cambio en torno al diagnóstico
comunitario y establecimiento de prioridades para paliar los procesos absentistas en su centros,
y en la que confluyen los apoyos y presiones mencionados anteriormente.In the current educational situation, determined at the European level for some of the goals of
the Lisbon Strategy, it seems more than justified in requiring schools to implement effective
changes to reduce the absenteeism rate in the besetting our education system.
Moreover, we know that the improvement processes have been characterized by an evolutionefficiency
in its guidelines, which has resulted in some pressures interpreted as inexcusable and
supports that are top-down (policy) and bottom-up (action own schools) but basically in order to
produce, require horizontal restructuring that includes changes in the organizational culture of
the school.
The article goes beyond the rhetoric of change and, although a review of some of the main
aspects to be changed if we are to improve the classroom environment-to be a risk factor in the
absentee process, examines fundamentally influence how these changes in teaching practice.
Thus, describes the process that several teachers have done by joining an experience of change
around the community diagnosis and prioritization processes to mitigate the absentees in
schools, and which brings together the supports and pressures above.Grupo de Investigación FORCE (Formación Centrada en la Escuela) Universidad de Granad