El mundo actual, determinado por las redes sociales y las nuevas vías de comunicación, se
caracteriza por un dominio innegable del entretenimiento de masas, siendo posiblemente la
forma más común de experiencia estética para la mayor parte de la población. De este modo,
el arte de masas ha creado un nuevo marco de recepción y experimentación que promueven la
necesidad de una reflexión filosófica actual. Este nuevo escenario, caracterizado por la instalación
de la industria cultural en la experiencia cotidiana desde un nuevo marco de comunicación,
expresión y recepción en el que todos podemos participar, la reflexión estética de John
Dewey puede realizar una valiosa contribución.
En su célebre obra El arte como experiencia (1934), el filósofo intentó restaurar la continuidad
entre arte y vida, tratando de devolver el arte al contexto cultural en el que se originó. Para
ello, considera la dimensión cultural del arte: tanto el contexto sociocultural que conforma la
obra; así como el papel del arte para transmitir los significados de una cultura. En este sentido,
estas páginas proponen una reflexión sobre la industria cultural y su difusión a través de los
nuevos mecanismos de comunicación siguiendo la estética deweyana. Para ello, en primer lugar
atenderá a las características propias de la industria actual en nuestro contexto presente.
En segundo lugar, revisará los significados culturales inscritos en la misma, resaltando la base
sobre la que se sustenta, así como su valía y sus limitaciones. A modo de conclusión, destacará
el potencial de la estética de Dewey para el análisis de la industria cultural en nuestros días