El hashtag #MeToo apareció en Twitter el 15 de octubre de 2017 en un tuit de la actriz Alyssa
Milano que invitaba a compartir públicamente experiencias de acoso. El detonante estalló diez
días antes con la publicación de un reportaje del New York Times que señalaba que Harvey
Weinstein, productor de Hollywood, llevaba años acosando y abusando sexualmente de mujeres
trabajadoras de la industria. Tras haberse cumplido su primer aniversario, cabe preguntarse
si es posible referirse a él como un “movimiento” —denominación que una amplia cantidad
de medios le han atribuido— y, en la medida de lo posible, describir su impacto y sus
logros; siendo ésta una forma de reflexionar acerca de la relación entre los movimientos sociales
—concretamente el feminista— y las redes sociales.
Esta investigación se propone una única pregunta: “¿Es el #MeToo un movimiento?” y se
marca como objetivos definir los términos “movimientos sociales” y “nuevos movimientos sociales”,
para después determinar las características concretas de este fenómeno y confrontar
ambas conceptualizaciones.
El Análisis del Discurso (AD) es el método empleado para explorar el reportaje que la revista
TIME dedicó a las “SilenceBreakers” —las mujeres que alzaron la voz contra el acoso en relación
con el #MeToo— con el fin de caracterizar el #MeToo