¿Reviviendo el estado desarrollista?: el mito de la “burguesía nacional”

Abstract

En su discurso en un encuentro con banqueros locales en el otoño de 2003, y luego de la implosión calamitosa de la economía de su país, el presidente argentino Néstor Kirchner anunció su intención de rescatar a la economía argentina de las ruinas del neoliberalismo. Pero, declaró, “es imposible construir un proyecto nacional si no consolidamos una burguesía nacional”1. De hecho, este discurso fue sólo uno entre los tantos que hizo luego de su asunción en mayo resaltando la necesidad de un “capitalismo nacional”. Kirchner no ha estado solo en esto. En Brasil, el ascenso de Luiz Inácio Lula da Silva y el PT al poder ha reavivado el discurso de un pacto social entre trabajo y capital, y la posibilidad de labrar un espacio para el desarrollo brasilero mediante una alianza con los industriales “nacionales” –representados más explícitamente en la elección del magnate textil José Alencar como vicepresidente de Lula. Y tanto Kirchner como Lula siguen la línea del presidente venezolano Hugo Chávez, quien frente a la abierta hostilidad de EUA ha denostado repetidas veces a la ortodoxia neoliberal, exhortando a los países en desarrollo a reclamar el legado de los modelos de desarrollo nacionales

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