La educación, como perfeccionamiento de las facultades específicamente
humanas, es un hecho individual. Mas, dada la realidad de la
existencia humana, no se puede alcanzar la perfección individual prescindiendo
de los factores sociales, ya que el bien individual tiene estrechas
relaciones con el bien común; de suerte que la educación ha
de servir al bien común para servir eficazmente al bien individual.
Por tres caminos sirve la educación al bien común: Fortaleciendo
en el hombre la capacidad para producir y alcanzar los bienes espirituales
y gozarse en ellos, desarrollando la capacidad de producción de
bienes materiales, y despertando y fortaleciendo la capacidad de renuncia