En un pasado no muy distante, los educadores universitarios podían enseñarles a sus estudiantes todo lo que necesitaban saber para enfrentarse a la vida de manera profesional. Si eso fuera todavía así, la eficacia en la transferencia de destrezas y conocimientos de profesor a alumno sería lo más importante. En el mundo actual, tal modelo centrado en la enseñanza está cambiando. Ya no podemos enseñar a los estudiantes todo lo que necesitarán saber para el resto de sus días. Por lo tanto, las metas basadas en el contenido o en el currículo escolar son ahora menos importantes.
Además, los empleadores están haciendo cada vez más énfasis en la búsqueda de solución de problemas complejos, y por lo tanto requieren de personal formado en áreas muy específicas. El resultado de estos y otros factores es que el foco de atención ya no es el docente como experto en un área, o la aprehensión de hechos y conocimientos que frecuentemente están obsoletos cuando el estudiante los necesita, sino el proceso de aprendizaje y el alumno como centro de ese aprendizaje.
Los roles de las personas que investigan, enseñan, aprenden y trabajan en las universidades también están cambiando. El uso cada vez mayor de las tecnologías de la información y la comunicación en la administración y en la educación está relacionado con este cambio. En términos de la enseñanza y el aprendizaje en las universidades, las clases magistrales y los tutoriales presenciales todavía ocurren en los auditorios, salas de conferencia y aulas, pero se apoyan y complementan cada vez más con materiales instruccionales multimedia, actividades interactivas en línea y el uso de la internetEje: Reflexiones educación Siglo XXIRed de Universidades con Carreras en Informática (RedUNCI