Los métodos activos se han aplicado en la enseñanza especial desde hace más de 100 años. A lo largo de un siglo Itard, Montessori, Decroly, los educadores escandinavos por no citar más que focos europeos de renovación pedagógica y Manjón en España, han experimentado la eficacia de movilizar la actividad del alumno para lograr los objetivos de aprendizaje que se refieran a cada edad y a cada caso. Sin embargo, todavía los padres aspiran primordialmente a que sus hijos aprendan a leer y a escribir y en los Centros de Educación Especial aún, el programa escolar prima sobre los enfoques de la educación práctica y la adaptación social. No siempre el éxito acompaña a la labor realizada y ello origina un desánimo en el Profesor especializado en Pedagogía Terapéutica y en los padres de los alumnos que se los han confiado porque en la "escuela no aprendían"