El estilo educativo de los adultos como indicador de buen pronóstico en el acogimiento familiar

Abstract

The extended family (that one with a kinship connection to the minor) and the foster family (that one with no kinship with the minor) are two structures that offer a resource of protection for minors who can’t stay under the care of their parents. One indicator that points out a positive forecast for a particular case of foster care is the educational style that is put into practice. Keeping this in mind, our goal is to compare the educational patterns of both types of families in order to proof the vulnerability of one of those types of families, against the other. The extended family usually comes as a resource for avoiding feelings such as rootlessness. The resources both types of family have are very different, and this strengthens even more the vulnerability of the aforementioned type of family (usually grandparents, who already faced many problems to raise their own children). It is therefore somehow obvious that most extended families use as a pattern for raising their children inappropriate educational styles, in opposition to foster families, that tend to use assertive and democratic educational patterns.La familia acogedora extensa (aquella que tiene una vinculación con el menor por una relación de parentesco) y la familia acogedora ajena (la que carece de vinculación con el menor) supone un recurso de protección para los menores que no pueden seguir confiados al cuidado de sus progenitores. Uno de los indicadores de buen pronóstico del acogimiento, es el perfil de estilos educativos, partiendo de esta premisa pretendemos comparar, los patrones educativos entre ambos tipos de familias, demostrando así la vulnerabilidad de unas familias frente a otras. La familia extensa es un recurso de elección frente a cualquier otro por varios motivos relativos entre otros al impedimento del desarraigo, sin embargo, los recursos puestos a disposición de unas y otras familias y los requisitos reales o fácticos, difieren sustancialmente, lo que refuerza aún más si cabe la vulnerabilidad de unas familias, que mayoritariamente abuelos, ya tuvieron dificultades en la crianza de sus propios hijos. Veremos como las familias acogedoras extensas, en su mayoría, utilizan como patrón de crianza estilos educativos inadecuados, frente a las familias acogedoras ajenas cuyo patrón educativo es generalmente asertivo o democrático

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