En el tercer tomo de su Autobiografía, titulado La rama de Salzburgo, la escritoraargentina Victoria Ocampo hurga en la memoria para relatar sus amores prohibidos conJulián Martínez. Con la finalidad de hallar una justificación a este amor-pasión recurre auna extensa tradición amorosa arraigada en Occidente y expuesta en la alta literatura.Por un lado, adhiere a las prerrogativas del amor cortés, filtradas por Stendhal en Acercadel amor; lo cual le permite hallar el sentido y la esencia de ese sentimiento, a través delproceso de cristalización planteado por el autor francés. Por el otro, se torna de cabalimportancia la intertextualidad con la Divina Comedia: en el canto V del Infierno,Francesca, en un intento de probar su inocencia ante Dante-personaje, elabora undiscurso que constituye una gema del arte retórica. No faltan otros hipotextos, como lahistoria de Tristán e Isolda, correspondiente al ciclo artúrico francés, con menciónespecial a la versión de la ópera de Wagner.Esta retórica aristocrática aleja a la autora de una versión popular y brutal del amor y deladulterio que no podría haberle servido de la misma manera para enaltecer su recuerdo yrevalorizar la figura femenina en su lucha por la propia autodeterminación del deseo